Se aprende mejor cuando uno mismo puede elegir qué hacer
Yo vengo del mundo del aprendizaje libre y autodirigido, donde uno de los principios básicos es que todos aprendemos tanto más y tanto mejor al poder elegir nosotros mismos a qué dedicarnos.
Al hacer algo por nuestras propias ganas, implica que es nuestra motivación interna que nos está guiando. No sólo nos hace aprender mejor y más, sino también más rápido. Es muy distinto a tener que aprender algo que nos parece irrelevante, innecesario y sin valor ninguno.
Esto tiene que ver con la autodirección: nos autodirigimos a tomar las decisiones acerca de lo que queremos hacer. No como el aprendizaje nos llega a través de la coerción, desde afuera. La consecuencia es que creemos que es aburrido aprender.
Si no confiamos en que los niños son capaces de elegir ellos mismos qué quieren hacer con su tiempos, vamos a utilizar diferentes métodos de control para que hagan lo que consideramos mejor: regaños, castigo, amenazas y recompensas.
Pero el poder de la autodirección está en la libre elección de los niños, y que nosotros como adultos les apoyemos en eso: porque recordamos que aprender es natural y pasa todo el tiempo.
Es ahí donde sucede la magia: los niños no paran de aprender.
Cuando no apoyamos la libre elección del niño, es porque no hemos entendido que está aprendiendo constantemente. Tampoco entendemos que sus elecciones y sus actividades tienen valor.
Es importante entender que los niños de hoy tienen muy poco tiempo libre, y que el tiempo libre que sí tienen, debería ser suyo y de nadie más. Sólo porque no sabemos apreciar el valor de las actividades de los, no significa que no lo haya.
Si quieres apoyar a tus hijos en su libertad y libre elección puedes:
- Mostrar interés genuino a lo que está haciendo
- Mostrarles que lo que hacen te importa de verdad
- No impedir su libre elección (si no es para evitar peligro de vida): deja que juegue en el lodo, que pase semanas en el trampolín, o que juegue videojuegos a su gusto.
- Volverte consciente acerca de tus juicios hacia sus elecciones.
- Recordar cómo se siente ser apoyado en lo que más te importa o gusta hacer.
Al apoyar incondicionalmente la elección libre de nuestros hijos, llegan consecuencias muy positivas:
- Empiezan a desarrollar confianza en nosotros y se atreven a contarnos lo que hacen y pedir ayuda cuando lo necesitan.
- Sienten que hay aceptación hacia lo que más les gusta, y eso desarrolla autoaceptación.
- Al apoyar su motivación les ayudamos a volverse más resilientes en situaciones retadoras.
Las personas que se molestan al pensar que existen niños que tienen el derecho de aprender lo que quieren, no han aceptado el hecho psicológico que todos (sin importar la edad) recordamos las cosas que son importantes para nosotros, las que necesitamos saber. El resto solemos olvidar.
Esta vez te comparto un sobre la diferencia entra la motivación intrínseca y la extrínseca. Espero que te aclare la perspectiva.
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