Necesitamos saber ser flexibles y estar dispuestos a aprender y volver a aprender.
Por esa razón no funciona un sistema educativo que quita las ganas de aprender del alumno.
El ser humano fue diseñado para aprender, y aprende todo lo que necesita con mucha facilidad mientras le interesa, le fascina, le apasiona, le emociona y siente que sirve y que lo necesita. Y sin ninguna presión exterior.
Un sistema educativo que no logra despertar la motivación interna de los alumnos, es un sistema disfuncional.
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